¿Cuánto Cuesta la Reflexología?

04 Mar, 2024

Una sesión de reflexología tiene un costo aproximado que oscila entre $20.000 y $40.000 pesos por sesión. Estos precios pueden variar dependiendo de la experiencia profesional del sanador, la ciudad donde esté ubicado el centro holístico, tu ubicación (en caso de que el servicio sea a domicilio) y los servicios adicionales que requiera el paciente.

El objetivo de esta terapia complementaria, es que el paciente se relaje y perciba sensaciones de bienestar en todo su cuerpo, mediante la activación de zonas en los pies que corresponden a partes del cuerpo. En otras palabras, la reflexología plantea que ciertas partes del cuerpo (pies, manos y orejas), están conectadas con diferentes partes y órganos del cuerpo, por lo que es posible liberar tensiones y actuar sobre los distintos sistemas del organismo, logrando así la liberación de la energía del mismo.

Factores de precio

La duración de la sesión es de una hora aproximadamente, en la cual el reflexólogo evalúa al paciente, hace el diagnóstico, establece un plan de acción y hace la terapia. En caso de que el paciente esté interesado en varias sesiones, es posible que el profesional realice un descuento a partir de tres, cinco o diez terapias.

Muchos de los terapeutas pueden ofrecer descuentos por la compra de paquetes de múltiples sesiones de reflexología. Por ejemplo, un terapeuta podría ofrecer un descuento del 10% si un cliente compra un paquete de cinco sesiones por adelantado en lugar de pagar por cada sesión individualmente, lo cual resulta ser más conveniente para el cliente.

Las modalidades de atención en las sesiones es otro factor que puede influir en los costos del servicio, ya que un sanador puede ofrecer sesiones de reflexología tanto de forma online (en línea) como de forma presencial. Los costos de estos pueden variar, por ejemplo, el precio de la reflexología a domicilio, es más costosa que la reflexología online (en línea), debido a los gastos que hace el profesional por trasladarse a tu casa o departamento.

Tipos de reflexología

Existen varios tipos de esta terapia que se enfocan en diferentes partes del cuerpo, las cuales son:

Reflexología podal: Es la modalidad más conocida y consiste en un masaje de los pies aplicando un conjunto de técnicas y presiones ligeras con la mano. Es una práctica terapéutica milenaria que empezó hace más de 5.000 años en la India y en China, que con el tiempo fue llegando a América hasta que el doctor Fitgerald diseñó los primeros diagramas con las zonas estratégicas de los pies, que aún se estudian hoy en día.
Por nombrar una: se dice que el arco del pie es un reflejo del abdomen y el estado emocional del paciente. En general, los reflexólogos solo usan las manos para masajear la planta y la zona frontal de los pies, con un poco de aceite para que el masaje sea más fácil y fluya mejor. No acostumbran a usar ninguna otra herramienta al aplicar la reflexoterapia.
Reflexoterapia de manos: Es ideal para las personas que no se sienten cómodas con que les toquen los pies, o que por alguna condición no se les puede masajear. Parte del mismo principio de la reflexología podal que plantea la existencia de zonas reflejas del cuerpo en las manos, por lo que el tratamiento es parecido al que se hace en los pies. Sin embargo, para ciertos pacientes puede ser más íntimo que les estimulen manualmente las manos, por lo que pueden preferir la terapia de los pies.
Reflexología cráneo-facial: Es útil cuando los problemas de salud tienen que ver con la cabeza, como migrañas, problemas con el cuero cabelludo, etc. El masaje en esta zona es más breve y en ocasiones es un complemento a la reflexoterapia podal o de manos, por lo que es posible encontrar precios más bajos para este servicio. En este caso sí se suelen usar herramientas como rodillos pequeños para estimular áreas de la cabeza.

Beneficios

Mediante la aplicación de la reflexoterapia se obtienen varios beneficios, entre los que se encuentran:

Mayor sensación de bienestar.
Permite drenar (liberar) emociones negativas como la frustración, el miedo, la ansiedad, el estrés, etc.
Proporciona alivio para los dolores y malestares.
Regulariza la actividad del sistema digestivo, promoviendo así la sanación del estreñimiento, intestino irritable, entre otros.
Libera toxinas.
Ayuda a mejorar problemas de insomnio.
Previene la aparición de posibles padecimientos y enfermedades.

Cabe mencionar que no todos los pacientes sienten los mismos beneficios, ya que los resultados del tratamiento dependen de la edad, el estado físico, la condición general de salud, entre otras cosas.

Estilos de reflexología

A diferencia de los tipos de reflexología, los estilos son de acuerdo al origen donde se hayan desarrollado variaciones de la reflexología, tales como:

Reflexología tailandesa: Los profesionales también le dicen “reflexología thai” y determina que la mitad del cuerpo se encuentra en cada pie, de forma metafórica. Busca activar la energía concentrada en los pies por medio de las manos y un instrumento especial de madera conocido como “stick”. Hay algunas consideraciones que se deben tomar en cuenta al aplicarse esta reflexoterapia, como evitar tomar gaseosas (sodas) o café, ni tampoco comer comidas pesadas al menos una hora después de la sesión.
Reflexología china: Es la aplicación práctica de la Medicina China enfocada en esta disciplina y toma en cuenta conceptos como el yin-yang, la multidimensionalidad del ser y las técnicas tuina. Las presiones pueden ser un poco fuertes si se comparan con los otros estilos, pero es solo porque se incluyen estiramientos y estimulaciones manuales que buscan desbloquear centros energéticos localizados en los pies.
Reflexología vietnamita: En Chile se conoce como “Facioterapia” mientras que en Vietnam le dicen “Dien Chan”. Combina técnicas de la acupuntura con la reflexoterapia debido a que ubica puntos de presión, pero en lugar de tratarlos con agujas utiliza los dedos o nudillos, dependiendo del caso.

Cuándo es recomendable

Se recomienda especialmente, cuando las dolencias o molestias musculares afectan el día a día de la persona, especialmente si hay dolor al cargar cosas ligeramente pesadas. Asimismo, si la persona sufre mucho de dolores de cabeza, artritis o problemas asociados al sistema nervioso, debería asistir a una o varias sesiones de reflexoterapia.

Por otra parte, se puede usar la reflexología para bajar de peso. Aunque no sea una dieta, sirve para regular las emociones ligadas a desórdenes alimenticios, sensaciones de llenura, ansiedad por comer dulces, etc.

Para notar resultados duraderos hay que ser constante y asistir a numerosas sesiones de forma recurrente. Puede que en una sesión el reflexólogo se enfoque en un área del cuerpo, mientras que en la siguiente se dedique al tratamiento de otra zona.

Contraindicaciones

A pesar de las ventajas que aporta esta disciplina, en algunas ocasiones puede resultar contraproducente. Por ejemplo, si una persona le dio un infarto recientemente, no es aconsejable que asista a sesiones de reflexología. Tampoco deben hacerse el tratamiento las mujeres con embarazos de alto riesgo ni personas que padezcan fiebre o enfermedades contagiosas.

Por otro lado, existen algunas personas que no se sienten cómodas con que terceros las toquen. De más está decir que no deberían aplicarse reflexoterapia.

Consejos profesionales

El paciente debe poner de su parte para mantener el avance logrado en terapia, siguiendo las recomendaciones del profesional que lo atienda.
Si el estrés se prolonga por mucho tiempo, es buena idea que se complemente la reflexoterapia con terapias psicológicas.
En el caso de que la persona quiera bajar de peso, debe estar consciente que la reflexología por sí sola no le dará resultados.
Mantén un estilo de vida saludable.
Revisa las opiniones de los pacientes que se hayan visto con el reflexólogo que piensas contratar.
Avisa con tiempo si posees algún padecimiento o alguna enfermedad grave.

Vale mencionar que es crucial si vas a tomar sesiones de reflexología, procures que te las haga un profesional capacitado, pues esto te garantizará la seguridad y eficacia en el tratamiento.

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